Durante 35 años, FUSAL ha demostrado su firme compromiso para generar oportunidades de desarrollo y aliviar las necesidades más ingentes de las familias salvadoreñas, especialmente de las que viven en situación de vulnerabilidad.
Mi padre, Luis Poma, junto a un grupo de empresarios comprometidos con el país, decidió crear FUSAL tras el devastador terremoto de 1986 y en el contexto del conflicto armado, que causó el desplazamiento de miles de familias de sus hogares. En medio de ese panorama desolador, el sector privado contribuyó a mejorar la capacidad de respuesta del sistema de salud para que las víctimas de la catástrofe fueran atendidas de manera oportuna. Así inició nuestra organización, que por más de tres décadas ha acompañado a El Salvador en los momentos más difíciles.
En nuestra historia reciente, la pandemia por COVID-19 ha puesto a prueba nuestra resiliencia e innovación. Conscientes de nuestra misión y del legado heredado de nuestros fundadores, nos concentramos en ejecutar una estrategia efectiva para paliar las consecuencias de esta crisis sanitaria. Así creamos el Fondo de la Solidaridad.
Con la ayuda de más de 30 organizaciones y personas, logramos recaudar $2.1 millones para la compra de pruebas diagnósticas del virus y equipo de protección personal para los profesionales de primera línea. Además, brindamos asesoría técnica para fortalecer las competencias de los equipos de salud. Sentimos un sano orgullo de haber liderado una de las iniciativas privadas de mayor impacto a nivel nacional.
Durante todos estos años, la generosidad de nuestros donantes y aliados ha sido fundamental para mejorar las condiciones de vida de miles de familias. Agradecemos a todos ellos -particularmente a nuestra fundación hermana, la Salvadoran American Humanitarian Foundation (SAHF)- por su confianza en nuestra organización.
Deseamos seguir trabajando juntos para construir un país más humano, solidario y con bienestar.
El arduo trabajo de nuestros equipos ha hecho posible que celebremos, junto a las comunidades, numerosos logros. Reconocemos y valoramos su espíritu de servicio, dedicación y valentía. Son ellos y nuestros voluntarios quienes hacen que el impacto trascienda a las futuras generaciones en todo el territorio salvadoreño.
Es motivo de satisfacción atestiguar los resultados de nuestro trabajo en la vida de las personas. Por medio de nuestro programa de Ayuda Humanitaria, hemos apoyado a cientos de instituciones -principalmente hospitales nacionales- con insumos, medicamentos y equipo; más de 25 mil niños han recibido atención en estimulación temprana y nutrición gracias a nuestro programa de Primera Infancia; además, hemos fortalecido las competencias de alrededor de 10 mil docentes con el programa de Calidad Educativa.
Nuestro país sigue enfrentando importantes retos que frenan el progreso y se han agudizado por la pandemia de COVID-19. El compromiso de FUSAL es perseverar en la creación e implementación de soluciones efectivas en las áreas de salud, educación y desarrollo local, para que los salvadoreños en situación de vulnerabilidad cuenten con herramientas, conocimientos y recursos que les permitan superarse.
En este momento de conmemoración, reafirmamos, como sector privado, nuestro compromiso para seguir impulsando el progreso social y cuidar los avances que ha logrado nuestro país después de la firma de los Acuerdos de Paz.
Ricardo Poma
Presidente FUSAL