El Programa de Ayuda Humanitaria tiene por objetivo mejorar el acceso a la salud de forma equitativa y oportuna, así como dar atención a crisis humanitarias en poblaciones vulnerables en nuestro país. Esto se realiza a través de la gestión, principalmente internacional, de insumos como: medicamentos, suministros médicos, ropa, calzado, productos de higiene y cuidado personal, alimento, material educativo, sillas de ruedas, insumos ortopédicos, equipo agrícola, entre otros. Esta labor se realiza en conjunto con la fundación hermana de FUSAL, Salvadoran American Humanitarian Foundation (SAHF), radicada en Miami, Estados Unidos, quienes administran las relaciones con donantes que han sido aliados por décadas.
Con el apoyo de:
A lo largo de su historia, FUSAL ha entregado más de $784 millones en donaciones a una red de 630 beneficiarios entre los que destacan hospitales y otros establecimientos de la red de salud pública, clínicas de interés social y municipales, organizaciones sin fines de lucro en el ramo de la salud, centros de cuido de adultos mayores y niños, centros escolares, instituciones dedicadas a brindar socorro y rescate, organizaciones comunitarias, comunidades vulnerables de nuestro país que se atienden a través de los otros programas sociales.
61% de las organizaciones beneficiadas eran del sector social (clínicas asistenciales y religiosas, y organizaciones comunitarias )
39% de las organizaciones fueron de la red de salud pública y educación pública.
Con este programa se impactó la vida de más de 47 mil personas, de las cuales el 21% era niñez y adolescencia.
El Programa de Ayuda Humanitaria canaliza intervenciones bajo tres pilares:
Abastecimiento de medicamentos e insumos médicos a prestadores de servicios de salud
Promoción de vidas saludables y búsqueda del bienestar
Respuesta a emergencias y crisis humanitarias
a) Abastecimiento de medicamentos e insumos médicos a prestadores de servicios de salud
Se entregaron 58 millones de DDD (Dosis Diarias Definidas) de medicamentos para atender distintos padecimientos de los salvadoreños. Las principales causas médicas apoyadas fueron: enfermedades crónicas no transmisibles, la hemofilia en pacientes pediátricos y tratamiento oncológico.
b) Promoción de vidas saludables y búsqueda de bienestar
• Se distribuyó alimento fortificado, vitaminas y desparasitantes a familias en pobreza multidimensional beneficiarias de programas de FUSAL, hospitales y clínicas asistenciales. De este grupo, 7 mil eran niñez en la primera infancia.
• Se equiparon a centros escolares con computadoras, libros y mobiliario escolar, valorado en $371 mil, impactando a 1,750 personas.
• Se rehabilitaron espacios comunitarios y de atención en salud a través de la donación de materiales de construcción, artículos para el hogar y mobiliario valorado en $238 mil.
• Con la distribución de sillas de ruedas, andaderas, insumos para terapia y equipo de protección personal, valorado en $140 mil, se impactó la vida de más de 5 mil personas con discapacidad.
• Con financiamiento del Programa Mundial de Alimentos (PMA) con fondos de BHA/USAID se apoyó a 700 madres y niños en Guaymango afectados por las tormentas tropicales y pandemia COVID-19 para aliviar la situación de pobreza y hambre a través de acciones de sensibilización en temas de género y distribución equitativa de tareas del hogar.
c) Respuesta a crisis humanitarias
Con la distribución de bienes de higiene, calzado, vestimentas y otros artículos se apoyó a más de 3,000 personas afectadas por tormentas tropicales, inundaciones y a migrantes retornados.
Actividades y logros 2021
Respuesta a COVID-19 con la movilización de bienes valorados en $250,000:
Apoyo con Equipo de Protección Personal (EPP) a personal de primera línea y a comunidades
Se entregó más de 2,300 Kits de protección nivel 3 y 7,500 kits de protección nivel 2.
Donativos entregados por categoría
Proyecto Atención Humanitaria Inmediata
Este proyecto se implementó en 14 comunidades del municipio de Guaymango y su objetivo era la recuperación temprana y fortalecimiento de capacidades en territorios afectadas por múltiples crisis humanitarias en 2020. En el proyecto financiado por el Programa Mundial de Alimentos, FUSAL realizó la labor de identificar a las familias que serían beneficiadas con un apoyo de transferencias económicas para garantizar su acceso a alimentos en zonas de alta inseguridad alimentaria. Al mismo tiempo, se desarrollaron actividades con enfoques de género dirigidas a madres participantes del proyecto, quienes en su mayoría son jefas de hogar. Estas actividades estaban enfocadas en identificar y promover las tareas de cuido y del hogar de manera equitativa en las familias.
699 familias recibieron apoyo para mejorar su acceso a alimento.
35 voluntarias comunitarias de FUSAL recibieron un kit de materiales y se capacitaron en el desarrollo de actividades lúdicas para fomentar una distribución equitativa de las tareas del hogar y el involucramiento de padres y madres en la crianza de sus hijos.
770 madres o cuidadoras y 5 padres o cuidadores participaron en dichas actividades lúdicas dirigidas por las voluntarias comunitarias y recibieron mensajes para reforzar dichos conocimientos durante 6 semanas.
HISTORIAS DE IMPACTO
Juan José y su familia
La familia de Juan José es grande y todos los días se escuchan las risas de sus hijos por el patio de la casa. En el cantón La Paz, municipio de Guaymango, Juan José pasa sus días junto a su esposa Erika Yesenia y sus tres hijos de ocho, cinco y un bebé de un año. La vida en la comunidad puede ser algo complicada, pues están muy distantes de la zona urbana de Guaymango y deben movilizarse por largos caminos para adquirir alimentos y atención médica.
Durante 2021, Juan José lamentablemente perdió su trabajo en un hotel de playa en Sonsonate, lo cual causó un impacto negativo en la economía familiar, pues él es el único proveedor de la casa. Ante esto, la familia estaba preocupada por la alimentación, en especial de los niños.
Con el apoyo económico brindado por el PMA, Juan José recibió recursos económicos para satisfacer las necesidades de su familia. “Fue un gran beneficio, más ahora que no tengo un empleo. Utilizamos este aporte en alimentos, que es lo básico para tener a la mano para mis hijos”, comenta.
La familia también participó en completar una ficha la cual servirá para ser priorizado en proyectos sociales a futuro, además de participar en jornadas de sensibilización sobre distribución de tareas en el hogar de forma equitativa entre todos los miembros de la familia e involucramiento de parte de ambos padres en las tareas de cuido y crianza de los hijos e hijas.
La ayuda brindada alivió las necesidades alimenticias de la familia, y brindó a Juan José y Erika un respiro de tener un refuerzo a su economía familiar durante estos tiempos tan difíciles. “Estamos muy alegres, porque no cualquiera da esta ayuda tan grande. Tenemos ya para comprar lo necesario para nuestros niños”, mencionó Juan.
Agradecemos a nuestros aliados y donantes que hicieron posible impactar la vida de miles de salvadoreños.