A diciembre de 2020 se superó la meta de movilización de pruebas y equipo de protección personal establecida por la estrategia, y había finalizado la fase de asistencia técnica en apoyo a las tomas de pruebas.

FUSAL suscribió en abril de 2020 un convenio con la organización Basic Health International (BHI) para que, financiados por el Fondo de la Solidaridad, pivotara su experiencia en tamizaje de pruebas moleculares con pruebas COVID-19. Así, a través de BHI se contrataron inicialmente 55 profesionales de la salud para que apoyaran en la toma de muestras y la digitación de información.

Al inicio de la ejecución de este componente, con el refuerzo de recurso humano se logró duplicar la cantidad de personal desplegado para tomar muestras en varias regiones del país. Este componente de asistencia finalizó en septiembre de 2020 y se destacan los siguientes logros durante su ejecución:

• Miles de salvadoreños tuvieron acceso a pruebas oportunas gracias al equipo de tamizaje financiado por el Fondo de la Solidaridad. En total, el equipo en campo administrado por BHI logró tomar 29 mil muestras que fueron realizadas principalmente a pacientes del sistema nacional de salud, personal de primera línea y salvadoreños en centros de contención.

• Salvadoreños lograron salir de manera más oportuna de centros de contención. El equipo de BHI logró realizar toma de muestras a un total de 3,666 salvadoreños en centros de contención con el fin de acortar el periodo de estancia en estos espacios.

• Se establecieron mejores prácticas y parámetros de productividad, y se brindó asesoría y propuestas a las autoridades de salud para el manejo adecuado y oportuno de pacientes con aislamiento domiciliar.

• Diseño y producción de modelo de cabinas para la protección y productividad del equipo.

• Refuerzo al personal de salud durante pico de la pandemia y la sostenibilidad del equipo y prácticas.

Con la asistencia técnica brindada a través de BHI, el Fondo de la Solidaridad de FUSAL contribuyó de manera contundente a la identificación de nexos epidemiológicos, la administración de pruebas, la clasificación de casos, así como a la creación de capacidades en el manejo de equipo de protección para contener y reducir rápidamente el impacto del virus de COVID-19.

FUSAL, a través del Fondo de la Solidaridad, adquirío y distribuyó equipo de protección personal (EPP) certificado para los profesionales de salud en primera línea de atención a la pandemia expuesto a pacientes sospechosos o confirmados de COVID-19.

Dentro del equipo hubo lentes y caretas protectoras, guantes de latex y de nitrilo, gabachones antifluidos, zapateras, gorros, y trajes de protección nivel 3. Este último con especificaciones para bloquear agentes infecciosos, entre otros estándares de calidad que se han buscado garantizar en todas las compras. La compra de estos insumos fue posible gracias a la experiencia de FUSAL y su Programa de Ayuda Humanitaria, que por años ha gestionado e importado equipo e insumos médicos para responder a situaciones de emergencia.

Si bien desde el mes de abril se realizaron las primeras entregas de EPP, más enfocadas en Unidades de Salud, en los meses de agosto y noviembre se buscó abastecer a los principales hospitales de la red pública, con enfoque en aquellos ubicados en los departamentos que concentraban más del 80% de los casos de COVID-19, entre ellos el departamento de Santa Ana.

A diciembre de 2020, bajo el Fondo de la Solidaridad, se ha entregado lo siguiente:

• Más de 30 mil kits de equipo de protección personal nivel 3.
• 43 mil equipos de protección nivel 2 para personal de salud de primera línea en 25 hospitales de la red nacional, incluyendo 8 hospitales ISSS y 3 unidades de salud de El Salvador distribuidos en los 7 departamentos del país más afectados por la pandemia.